domingo, 9 de enero de 2011

Quinto mundo



¿Cómo se debiera comenzar a armar


El primer verso de un cálido soneto?


Iniciaría con tu nombre este cuarteto


Para que puedan mis rimadas avanzar.



El amarillo tempestuoso en el trigal


O el sentirme cobijado por tus retos:


Aquí nada consiguió acercar enero


Ni tampoco azul marino en el rosal.



Del amanecer hasta el crepúsculo segundo


Amanezco con un quinto ventrículo en mi pecho


Formado por los icebergs cambiantes de tus mundos



Rizos serpenteados, labios, dientes y tus muslos


Así recorres mi alma como un viento lastimero


El cual se aprende a amar… Y forma un mundo.



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