jueves, 2 de diciembre de 2010

De nuevo al norte



Desde unos meses atrás siempre estaba esperando que al atender la decepción me golpeara con su pesado martillo de estoicismo. Pero parece que la Providencia ha elegido este día para que ahora que nos ha tocado vivir una etapa de felicidad, no la asociemos con el pasado. Amo las cifras impares, armonizan mejor con lo misterioso. Antes de que se termine este día quiero dejar constancia, cursiva y atolondrada, de que la princesita hoy vuelve a estar en la mesa. Ella será testigo de las casualidades que irán sucediéndose entre la casa, tú y yo. Y me las recordará cuando haya pasado un tiempo y yo las haya olvidado. Los misterios con que vendrán los azares serán de tal magnitud que podré decir: Dios ha posicionado las piezas de este ajedrez desalmadamente. Y será creíble la sentencia. El crador – ya lo he apuntado-, maneja una guía para cada destino, y a veces no puede evitar ser histérico. Pues Él desea que al menos alguien note lo meticuloso que es estudiando Su plan para que cosas maravillosas sean posibles. Por eso dejo constancia aquí que la princesita es repatriada. Mi promesa fue que volvería a situarla junto a mis lápices el día que tú volvieras.

Tres de octubre, 2010

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