sábado, 2 de abril de 2011

Como un río sin corriente

2010, 8 de agosto



El día se ha colocado en las diez de la mañana. Y una gruesa pero inestable tormenta hace techo en la ciudad tormesina. Los rayos caen cerquita. Acto y seguido unos truenos espantosos. Y Valentina que se asusta pues piensa que estamos en fin de año. Anoche me dormí con el teléfono al lado de la almohada, tal como solía hacerlo cuando te esperaba todos los días. Y hoy tampoco tengo cosas bonitas para contarte. Pero menos quiero escribir de aquellas que siguen golpeando a mi alma, igual que las espumosas oleadas agitando un tibio coral que se expone en los arrecifes.



Quiero aguardar a que comience la noche para condenarte una vez más. Pues así sabré que hasdejado escapar la segunda fecha del año que te daba la excusa perfecta para darme nnoticias de que aún vives. Que no te sorprenda: aún deseaba que nos habláramos para que nos obsequiemos una segunda oportunidad. ¿Acaso han sido falacia aquellos abrazos que nos dimos con la pasión de las cópulas?

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