miércoles, 10 de febrero de 2010

El repercutir de tu alma



El practicar caligrafía deberá esperar
A que llegue otro mañana.
Hoy en mis letras cursas ya no hay cabida
Para las explicaciones
Ni los peros.

Menos hay lugar en los renglones
Para las réplicas a aquellos
Amores que han sido falsos
Y no cabalgaron hasta
Las metas de mi añoranza;
Las partes más oscuras
Ya no eclipsan tanto
Como antes de ti.

En mis líneas
Hoy no hacen falta introducciones
Para preambular este mágico apego
Crecido.

El querer hace ya tiempo abandonó
El insuficiente cause de la verdad
Para desembocar en la poderosa oceanía
Del los frágiles te amo.

Sentimientos de firmeza
En impotencias se disfrazan
Al notar que aún no estás lista
Para recibir los ritos versiculares
Del Corintios.

Los te amo se quedaron aguardando
Escuchar a sus ecos
Repercutidos en tu alma.
El eco de mis latidos no volvió a mí
En el alfabeto del alma
Que halla su Tesoro.





El eco de mi amor hoy vuelve a mí
En los gestos de un diferente cotidiano.

El eco de mi amor volvió hasta mí
Como el noble abofeteo de la benevolencia
Que espabiló la ebriedad de todo mi ser.
Ha vuelto a mí como un tintilineo
Que alegremente me sorprende
Cuando estoy atento
A una glosa
Inspirada en mi leyenda.

El eco de mi amor vuelve hasta mí
Envuelto en melodías que no asimilo
Con el típico de la inmediatez.

El eco de mi amor regresó a mí
Como la sufrida cintura de una
Abstinencia que demanda
Las calmantes dosis
De tu arrullo.


10 de octubre
(mediodía)















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